Hay zonas más expuestas como la espalda y es importante tener la costumbre de mantenerse erguidos y no coger el hábito insano de parecer agachados. Este ejercicio del dibujo que os muestro, lo suelo hacer a diario.
No hace falta batir ningún record, sino simplemente notar como tus músculos y huesos suavemente se estiran al unísono.
Cómo hacerlo: Principalmente de pié, aunque se puede hacer sentados o tumbados en el suelo; comenzamos apoyando bien nuestra espalda a una pared recta, así como el glúteo, los gemelos. Mantendremos toda la espalda erguida y recta, apoyando los omóplatos también en la pared, como indico en el dibujo, nos mantenemos rectos, estirando el cuello con la sensación de "subir", "crecer".
Levantamos los dos brazos extendidos hasta intentar apoyarlos también a la pared, si no podemos apoyamos la coronilla y soltamos los omóplatos de la pared y el glúteo, y lo intentamos de nuevo. No es fácil al principio, pero poco a poco y con el hábito diario se pueden estirar los brazos cada vez mejor. No pasa nada si llegamos a sólo unos centímetros de la pared, ya llegaremos.
Levantamos los dos brazos extendidos hasta intentar apoyarlos también a la pared, si no podemos apoyamos la coronilla y soltamos los omóplatos de la pared y el glúteo, y lo intentamos de nuevo. No es fácil al principio, pero poco a poco y con el hábito diario se pueden estirar los brazos cada vez mejor. No pasa nada si llegamos a sólo unos centímetros de la pared, ya llegaremos.
Estiramos al principio, suave y con cada expiración tratamos de estirar más. Primero aguantamos solo 10'', luego 20'' así progresivamente, hasta llegar algún día al minuto seguido.
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