Esta expresión: 'Las palabras se las lleva el viento', es un hecho que confirma que los actos deben estar debidamente documentados y por escrito, la palabra dicha en un momento determinado carece de valor.
Curioso no deja de ser que, en la Edad Media, e incluso en épocas posteriores la 'palabra dada' y no sólo por un rey o una autoridad tenía un valor oficial, pero los tiempos han cambiado y en la actualidad, toda la estructura legal se basa en documentos, notariales, registrales y judiciales.
Por eso mismo, el discurso verbal no tiene arraigo actualmente, ya que no se puede demostrar, a menos que se puedan conseguir grabaciones autorizadas por un juez.
Este dicho es muy popular y de origen verbal (curiosamente) y por supuesto anónimo, aunque aparezca en multitud de escritos desde hace siglos.
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