Un jubilado se encuentra en la calle a un policía local que estaba rellenando una infracción por estacionamiento prohibido. El jubilado se acercó y le dijo: ¡Vaya hombre, no he tardado ni cinco minutos...! Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con los jubilados... El guardia le ignora olímpicamente y continuó rellenando la infracción. El jubilata le dijo que no tenía vergüenza. El guardia le miró fríamente y empezó a llenar otra infracción alegando que, además, el vehículo no tenia la ITV al día. Entonces el jubilado levantó la voz para decirle me había percatado de que estaba tratando con un mamón, que cómo le habían dejado entrar en Tráfico...Él acabó con la segunda infracción, la colocó debajo del limpiaparabrisas, y empezó con una tercera. No se achicó y estuvo así durante unos 20 minutos llamándole de todo al guardia, desde chorizo. . Él, a cada insulto, respondía con una nueva infracción. Con cada infracción que llenaba, se le dibujaba una sonrisa que reflejaba la satisfacción de la venganza...Después de la enésima infracción... le dijo el jubilado: 'Le tengo que dejar, porque… ¡Ahí viene mi autobús!'
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